No nos interesa la lucha de clases, si liberamos estos pensamientos menores no es en lo mas mínimo una intención de otorgar una «conciencia de clase», tampoco ofrecemos una verdad, eso déjenselo a los autoritarios (que bien pueden estar sosteniendo un trapo rojo o negro). escupimos a la dialéctica entre el poder constituido y el poder constituyente, ambos poderes y bajo la misma forma estado. No hacemos propaganda, a esta le anteponemos la pavesa imaginando un devenir inflamable.
«No se puede combatir la alineación bajo formas alienadas. El sabotaje de este mundo empieza por la ruptura con los roles que nos impone el sistema, por el sabotaje de nuestra muerte en vida y la negación del papel que nos asignan y diseñan. En estos momentos hablar de Revolución es tener un cadáver en la boca, sólo hace falta mirar a nuestro alrededor para ver un decorado que nos recuerda constantemente la derrota. El sabotaje es pues una acción que sirve de revulsivo contra la irrealidad que nos oprime. (…) Hoy, no se plantea el crear una organización armada de este tipo sino el ataque difuso de pequeños grupos de afinidad, incontrolables por alguna estructura superior, que se unen y desunen como las mareas lunares. Unas mareas que nacen de la conciencia de lo mal que están las cosas y lo peor que se van a poner por el desarrollo de los acontecimientos.»