El cuerpo se ha convertido en un campo de batalla, un espacio de disputa en donde las diferentes fuerzas se encuentran para signar en la carne un orden discursivo. Estas fuerzas los aplastan, lo cuadriculan y lo torturan para inscribir en él toda su impotencia: cuerpo sometido, cuerpo amenazo por la esclavitud del programa capitalista. Ante esta guerra y servidumbre debemos responder para poder “acabar con la masacre del cuerpo”, para expulsar de sí el signo de lo económico-práctico. Por esta razón, les proponemos un cuerpo-libro para liberar las energías y potencias que nos permiten devenir, porque en definitiva hemos comprendido que “nadie sabe lo que puede un cuerpo”.